Seth Rollins: la necesidad de un campeón de ser leyenda

(Foto: WWE.com)Los tambores repicaron. Los bronces los secundaron. Inició una carrera descendente hacia un cuadrilátero. Tomó lo que por derecho era suyo: su oportunidad. Se robó el show, la atención y el Campeonato Mundial de WWE. Seth Rollins se convirtió en el primer dueño del Money in The Bank que canjeó su maletín en WrestleMania y se dio el lujo de hacerlo durante el evento estelar de la noche. Y así inició su legado y su arquetipo de luchador estelar.
Su camino estaba destinado a ser una farsa. Desde que ganó aquel campeonato tuvo que ser apadrinado por miembros de The Authority. Carecía de resultados creíbles y sus defensas titulares fueron cobardes. Pero su talento para la lucha libre y su entendimiento en el ring con Dean Ambrose en una lucha por escaleras con el título mundial en juego lo llevó a hacerse con una victoria limpia –y muy necesaria- que lo puso en estado de ebullición para su desafío más grande: enfrentar a Brock Lesnar.
Seth Rollins más aun Colby Lopez (verdadero nombre del luchador) tienen la oportunidad de deshacer la dualidad de realidad y ficción y cumplir el mismo sueño: ser el estelar, campeón, cara, abanderado y, si se le quiere decir, hasta la “vedette” de WWE. Mientras que Rollins busca afianzar su estado de monarca, Lopez intentará demostrar que él es el hombre en quien tienen que confiar para llevar el producto WWE.


Para analizar a Rollins hay que tener en cuenta varias aristas. Su situación de “estelar” siempre va estar en una carrera con sus ex compañeros. Dean Ambrose y Roman Reigns son junto al campeón los “niños bonitos”. De ellos dependen los futuros de la empresa de los McMahon. Existen otras personas que gozan con la juventud y la habilidad también, pero son los ex The Shield los que ahora están abanderando el cambio generacional en la empresa de lucha libre.
Rollins, Ambrose y Reigns son el nuevo triunvirato de “main events”. Ellos son una especie de versión moderna de” Hulk Hogan – Randy Savage – Ultimate Warrior”, “Triple H – Stone Cold – The Rock”, John Cena – Randy Orton – Edge”, por citar algunos ejemplos de a lo que pueden apuntar la primera generación del cerebro de Paul “Triple H” Levesque.
¿Qué tiene que ver Triple H? Él es el creador de Rollins y el mentor de Lopez. Desde su posición como gestor de talento y hacedor de la tierra de NXT, confió en él para ser el primer campeón del terreno de desarrollo. Antes lo tuvo como uno de los referentes en FCW. Lo formó con la ideología WWE. Como su creador: él es el responsable de la traición hacia The Shield, el que lo está guiando como si fuese su padre y el que le puso “el reto” de su carrea: enfrentar a Brock Lesnar.
Según el columnista de Bleacher Report, Alfred Kunowa, medirse a la “Bestia Encarnada” es casi una credencial de credibilidad. Rollins necesita ganarle para demostrar que es un campeón en todo el sentido de la palabra. Pero a Lopez solo le basta dar una buena lucha.

Colby tiene que ser tan digno como cuando perdió en Royal Rumble frente a Lesnar en una triple amenaza que incluyó a John Cena. Tiene que ser tan oportunista y televisivo como cuando canjeó su maletín de Money in The Bank en WrestleMania. Tiene que ser tan wrestler, acrobático y despiadado como cuando derrotó –aunque con lo justo- a Dean Ambrose en el último PPV de WWE. Lopez tiene que ser todo eso, pero multiplicado por dos.
Tiene por ahora mucho respaldo, pero eso no garantiza su futuro. La gaseosa sala de los midcard está lleno de campeones mundiales. Su posición como monarca no es un aval de nada. Pero su trabajo está siendo reconocido y valorado.
Bret “The Hitman” Hart dijo en una entrevista a Justin Barrasso que con CM Punk y Daniel Bryan la lucha libre le volvió a parecer interesante. Pero personas como Seth Rollins son quienes tienen que llevar a WWE. Para el miembro del Hall of Fame, Rollins es impecable en su trabajo y sus desafíos los cumple realizando fórmulas complejas de manera creativa.

Lopez dejó Ring Of Honor porque sabe que la carrera de un wrestler profesional es corta. Él no quiere ser un tipo como Hulk Hogan o Ric Flair. Tiene un objetivo claro: hacer mucho dinero en poco tiempo. WWE es el lugar para cumplir esa meta y ser “el estelar” la forma de conseguirlo.
En julio del 2011, dijo en Twitter: “…siempre fue mi sueño luchar para tanta gente como fuera posible, crecí con WWE y llegar a ser estelar en un WrestleMania es mi sueño desde hace mucho”.
Es una persona bastante trabajadora. Detrás de cámaras es un gran campeón. Jimmy Jacobs, veterano luchador de los circuitos independientes, dijo que Rollins tiene un potencial sin límites. En febrero de 2013 hizo saber que su futuro sería siempre ascendente y espectacular.
Cuando la carrera de Rollins y Ambrose empezaron a acentuarse en WWE, Jacobs, quien trabajó con ambos, dijo sobre el primero: “Lo veo siendo uno de los luchadores top de la WWE. En lo que concierte a su personalidad, es completamente diferente a lo que es Ambrose. Donde Ambrose actuaba como si estuviera a mi mismo nivel, Rollins actuaba muy respetuoso, lo mereciera o no, por llevar más tiempo que él en esto (…) Me escuchaba, me respetaba y me cedía el liderazgo. Es un chico fabuloso y genial, y tuve la suerte de verlo cuando comenzó en el 2004. Lo he visto florecer y sabíamos desde el inicio que sería una gran estrella, solo está a empezar a demostrar eso”.

Luego de un año de estas declaraciones, Rollins dio una entrevista a la web “RedEyeChicago”. Según ProWrestling, allí se le preguntó sobre cómo se veía dentro de cinco años (en el 2019), y él respondió: “Yo me veo como campeón del mundo .Si tu estuvieras en mi posición no estarías diciendo que algo malo pasará en tu carrera. Quiero ser campeón mundial y vencer a John Cena y a Randy Orton, y poder estar en los main events de los shows. Tengo la confianza de que podré lograrlo”.
El trabajo fue bien labrado. Ganó el maletín de Money in The bank. Lo canjeó después de 273 días. Con 29 años fue el primer campeón en retener su título en una Steel Cage Match en Extreme Rules. Tiene un invicto de tres victorias en Payback. Ya superó a sus ex compañeros en luchas titulares. En lo que va del 2015 compitió en 101 peleas. Participó en cinco luchas titulares: ganó las cinco. Según el escritor de WWE Ryan Dilbert, en cinco luchas ha obtenido puntuación de cuatro estrellas –la última pelea registrada de cinco luchas fue CM Punks vs John Cena en Money in The Bank 2011.

Su camino está puesto en ser uno los top heel de la empresa. Su único potencial rival para esta nomenclatura es Kevin Owens, pero la historia del actual campeón de NXT merece un capítulo aparte. Su destino parece que tiene marquesinas con su nombre siendo iluminado con el rótulo de “main event”. Pero su consagración, tiene el obstáculo llamado Brock Lesnar.
El arquitecto tendrá que demostrar que puede edificar su leyenda en la ciudad de los Suplex. Una ciudad llena de rameras con un gobernante que gusta impartir dolor. Rollins tendrá que erigir allí su legado de campeón. Al final de la lucha, el “presente” terminará con el monumento que indica su gloria o será absorbido por una ciudad llena de pecado.
Probablemente no sea una lucha limpia. Sus ex compinches de The Authority represaron, pero la tarea es dar un buen espectáculo. Si los rumores que circulan por la red son ciertos, lo de Lesnar solo será el inicio de la verdadera prueba de fuego. Seth Rollins tendría que vencer en SummerSlam, en lo que más que probable sea el main event de la noche, a su creador, mentor, guía, espiritista, padre, camarada, protector y su arquitecto. Seth Rollins tendrá que vencer a en una lucha, en movimientos, en trascendencia, credibilidad y contador de historias luchísticas a Triple H.


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