¿Hay esperanza contra las enfermedades resistentes? Así funciona la fagoterapia
La fagoterapia podría ser una de las técnicas anti-microbianas más
interesantes de nuestro futuro inmediato. Y esto se debe a la creciente
amenaza de todo tipo de enfermedades resistentes. ¿Está la respuesta
entre los virus?
Las enfermedades multi y panresistentes se han levantado entre las
amenazas más graves y urgentes de nuestra época. Aunque muchas personas
viven completamente ajenas a este peligro, los microorganismos capaces
de aguantar cualquier tipo de antibiótico crecen en número y virulencia.
Gran parte de la culpa la tiene nuestro sistema sanitario. Por otro lado está nuestra educación y la automedicación irresponsable.
En último lugar, el abuso de medicamentos sintéticos, los cuales
siempre actúan sobre mecanismos parecidos para matar al microorganismo.
Es hora de pensar en nuevas estrategias, como la fagoterapia,
o nos condenaremos a que se diezme la población. Y no estoy siendo
exagerado. Nos exponemos a pandemias de nivel mundial como nunca antes
las habíamos visto. Pero lo peor de todo es que no estarán provocadas
por nuevas bacterias, sino por algunas con las que llevamos peleando
toda nuestra historia. Por suerte, ya hay quién está ideando métodos
novedosos para tratarlas.
¿Qué es la fagoterapia?
Antes de eso, ¿qué es un bateriófago? O acortando, fagos. Pues son virus, ni más ni menos. Pero hablamos de bacteriofagos cuando especificamos sobre los virus que solo infectan bacterias y no células eucariotas (como las nuestras). Como solo infectan a este tipo de microorganismos, pueden matarlos sin que eso nos afecte en prácticamente nada. Como podréis imaginar, la fagoterapia, también conocida como terapia fágica, es el uso de estos virus para tratar una enfermedad que no podemos curar con medicamentos convencionales. Es una técnica empleada desde los años 40 y conocida desde antes. Básicamente, y simplificando, el proceso es el siguiente: se inyectan estos virus en el cuerpo, los cuales viajan hasta topare con las bacterias objetivo, muchísimo más grandes. Inmediatamente se adhieren a su capa exterior y comienzan su replicación. Esta consiste en copiar su material genético, las instrucciones que todos poseemos, una y otra vez aprovechando la maquinaria celular que tiene la bacteria.
¿Por qué usan la maquinaria de la bacteria y no la suya propia? Muy
sencillo: porque no la tienen. Los virus no se pueden reproducir por sí
mismos. Lo único que pueden es "secuestrar" una célula y obligarla a
copiar el material que llevan guardado. Los virus, normalmente, cuentan
con una cápsula donde guardan este material genético y una cubierta con
diversas formas que está preparada para encontrar, pegarse y atravesar
la pared celular. Cuando se ha copiado muchísimas veces, la célula secuestrada "revienta",
dejando libre miles de copias nuevas del virus, que harán lo mismo con
otras bacterias. De esta manera, podemos matar un microorganismo que se
ha vuelto resistente los medicamentos de manera segura ya que los fagos
son muy específicos y no hay casi posibilidades de que nos afecten
directamente.
CONTINUARÁ...
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